489€ frente a 749€.
250€ de diferencia es la que Apple ha establecido entre dos terminales de los
que podemos sacar un factor común bastante importante, el todavía flagship de
la compañía de Cupertino –iPhone 6S- y la nueva propuesta que vuelve al formato
de 4 pulgadas y que han tenido a bien llamar iPhone SE.
Muchos potenciales compradores se preguntan ahora, ¿está justificada
esta diferencia de precio? ¿qué modelo me interesa más?
Pantalla
La principal diferencia y más obvia es el tamaño de la
pantalla. Con el nuevo modelo volvemos a
las 4 pulgadas que parecían haberse quedado atrás para dejar paso al nuevo
modelo base de 4’7. Un movimiento un tanto extraño por parte de la compañía,
que nos hace pensar si no se tratará de una mera forma de reducir costes para
sacar un modelo más asequible al mercado.
Como siempre, el
tamaño adecuado de la pantalla es algo muy subjetivo y si bien el manejo
con una sola mano resulta más cómodo con esta diagonal, habrá usuarios que tras
haberse acostumbrado a una pantalla mayor les resulte muy inconveniente
trabajar en estas dimensiones.
Tamaño aparte, encontramos una resolución diferente, pero manteniendo el ratio de p/p (píxel por pulgada), con lo que no perderemos ni un detalle
en la impresionante calidad impuesta por el modelo 6S. Tan solo encontramos una
pérdida en el contraste típico que nos puede ofrecer (800:1 frente a 1400:1),
que está por ver si supondrá una diferencia significativa.
Hasta aquí aguanta el tipo bastante bien el nuevo modelo, pero
hay campos en los que deja atrás
funcionalidades importantes. Hablamos, desde luego, de la tecnología
bautizada por Apple como 3D Touch, que
nos permite nuevas formas de interactuar con nuestro dispositivo a nivel
interfaz mediante la diferente presión que apliquemos a la pantalla. Así como
el lector de huellas se ha incorporado a la idiosincrasia particular del
ecosistema iPhone entendemos que, si la compañía se plantea apostar en serio
por la tecnología 3D Touch, esta
debería estar presente todos sus dispositivos. Más aún, en los modelos más
asequibles, que es de esperar que tengan una gran acogida. Decisión de diseño –por
problemas de espacio- por ahorrar costes o por la razón que fuera, nos parece
que no ha sido una decisión para nada afortunada por parte de la compañía.
Prestaciones
El punto fuerte para el nuevo modelo ha sido una apuesta total por parte de Apple para
dotar al mismo de la última tecnología que incorporan sus hermanos mayores. Así,
tenemos toda la potencia de su procesador
A9 –con su coprocesador M9- los mismos 2GB
de RAM que monta el iPhone 6S e incluso hereda la excelente cámara de iSight de 12 MPx que tan buenos
resultados consigue. Toda una sorpresa, para bien y un factor muy importante de
cara a la esperanza de vida de este modelo. Con estos mimbres, esperamos que alguien que adquiera este terminal tenga
dispositivo para muchos años, a diferencia de lo ocurrido con la versión
5C, que salió al mercado con unas prestaciones casi desfasadas.
Tenemos muchas ganas también de comprobar el rendimiento de
su batería, que sobre el papel
ofrecerá una duración muy superior a
la obtenida con el modelo 6S, acercándose e incluso superando al modelo
estrella en este aspecto, el 6S Plus.
Diseño
Por último, hablamos del diseño. De manera llamativa, nos
encontramos con una vuelta a lo antiguo. Dejando
a un lado las líneas curvas que la compañía había adoptado desde el restyling
con el modelo 6, volvemos a esa apariencia más filosa y poliédrica que
tanto triunfó en su día con los modelos 5, 5S y 5C. Quizá de nuevo se trate de
una medida para reducir costes, pero nos parece todo un acierto que sienta
genial al terminal. Sobre todo, junto a las nuevas opciones de colores que
incorporan el modelo rosa al elenco a elegir.
Nos gusta también su reducido
peso, que adelgaza 30 gramos frente al modelo 6S para quedarse en unos
excelentes 113 gramos, solo uno más de lo que pesaban los modelos 5 o 5S.
Conclusión
Así las cosas, vemos que la opción del nuevo modelo SE
se perfila como la más apetecible. Dependerá fundamentalmente del tamaño de
pantalla que este modelo pueda encajar o no en las expectativas del futuro
comprador. Si no es un inconveniente estas 4 pulgadas, o incluso si se tiene
predilección por las pantallas más pequeñas, este modelo simplemente no tiene
competencia.
Dando la vuelta a la tortilla, comprar el modelo superior supone pagar 250€ a cambio de 0’7 pulgadas
adicionales. Dependerá ya de cada uno decidir si esta inversión merece la
pena.
SI duda, por debajo de 500€ y con todas las prestaciones de un iPhone 6S para aprovechar al máximo
las capacidades de iOS 9.3 (y posteriores), esta nueva propuesta de Apple nos
parece una opción magnífica.