Tal día como ayer 12 de enero Microsoft finalizó su soporte oficial para Windows 8. Y si os parece que se os ha hecho corto el tiempo de vida del citado sistema operativo estáis en lo cierto: tres años y medio ha durado el soporte frente a los diez a los que nos tiene acostumbrados Microsoft.
No obstante, hay mucho que leer entre líneas en esta situación.
Por un lado, hablamos de una versión que Microsoft lanzó al mercado de forma casi experimental. Los cambios fueron demasiado agresivos para muchos usuarios, que veían como interactuaban de forma poco natural con su computadora entre tanto "Tile" y el intento de asesinato del escritorio tradicional. Y
a pesar de que las mejoras en cuanto a rendimiento y seguridad eran innegables este hecho afectó de forma demoledora al sistema operativo de Redmond, suponiendo una tasa de adopción demasiado baja.
Aun así, que finalice el soporte oficial no tiene por qué tener un efecto inmediato si somos actuales usuarios del mismo, a pesar de que estaremos expuestos a posibles nuevas vulnerabilidades o problemas de compatibilidad con futurible hardware o software.
No obstante, el hecho que realmente quita hierro al asunto son las posibilidades que ofrece Microsoft en cuanto a actualización.
La opción inmediata (y la que ha seguido la gran mayoría de usuarios desde hace tiempo) aparece en la actualización a Windows 8.1. Dicha versión está considerada por la propia empresa como el "Service Pack" definitivo del propio Windows 8 y esa es la principal causa de este cese prematuro en el soporte. En todo caso, sólo encontraremos mejoras respecto a la versión estándar de Windows 8, así que el paso parece lógico.
Aparte, recordemos que sigue vigente la campaña de actualización gratuita a Windows 10, así que puede ser un buen momento para dar el salto a esta nueva versión que ya está más que probada y en marcha y que tiene además un horizonte mucho más lejano.
Así pues, vemos que realmente los acontecimientos se han ido enrareciendo en tanto en cuanto Microsoft ha tenido que ir corrigiendo el rumbo fatal que había tomado el futuro de Windows con el lanzamiento de su octava versión. Aún así, no debe suponer ningún drama esta situación ya que a día de hoy dicho futuro parece más que cubierto.
Hay que mirar siempre hacia el futuro, y así lo haremos mientras seguimos de cerca la carrera de Microsoft en esta lucha por la convergencia entre dispositivos que se quiere lograr con los distintos sabores de Windows 10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario